viernes, 14 de marzo de 2008

Un chofer particular


Uno se lo imagina rojo, con chivita, con una cola similar a la de las panteras, pero que termina en forma de flecha. A lo sumo parecido a Al Pacino... (Si nos cuesta creer que un tipo puede ser todo rojo y tener la cola larga como una pantera)
Muchos se lo imaginan, lo invocan infructuosamente y hasta lo citan, sabiendo cabalmente que jamás se dió a conocer ningun escrito con su firma.
De la iglesia, es el gran enemigo. (Por que ya mató a Lennon, pensarás)
Muchos lo tienen muy presentes, pero -casi- nadie lo vió.
La cuestión es que yo lo ví. Y la verdad no era como me lo imaginaba: era mas bien gordito; conservaba la chiva del primer esquema mental; tenía gafas de sol sobre su cabeza, un poco mas arriba de la frente (o sea arremangadas) y una remera que no recuerdo el color. Lo que recuerdo es que no era roja. Tenía el aspecto de un ser humano normal...
Y eso frustró parte de la fantasía... No era rojo, no tenía patitas de cabra... nada...
Ahora bien, si fisicamente nada que ver, ¿Qué pensarían si les digo que iba en un auto?
-¿En una limusina negra, con un chofer albino?
-¡No! Si ni siquiera tenía chofer... el mismo manejaba!
-¿Una ferrari rossa? ¿un hummer?
-Tampoco.
-Ah ya sé... Un Renault Clio...
-¡Bien! Te acordás de la publicidad... pero tampoco..
El diablo manejaba un Volkswagen Senda e iba escuchando música. No escuchaba Paganini, ni Marilyn Manson, en su auto sonaba la cumbia a todo lo que dá.
Me quedé pasmado. No lo podía creer. Por suerte la conmoción me dejó tomar esta fotografía de su auto, donde se ve su nombre ploteado en la luneta trasera.

¡Imaginate que que malas son las papeleras, que ni el mismísimo Satanás las quiere! Si Dios es argentino, parece que el diablo también.

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